En 1957, poco después de nacer yo en otra Isla lejana, se plantó un Laurel en el lugar donde había vivido el árbol sagrado del GAROE. (Fuente Internet)
Lugar donde vivía el GAROE y los pozos donde se recogía el AGUA (Fuente Internet)
"En lo alto de este árbol siempre hay una nubecilla y el Garoé deja caer unas gotas de agua que los hombres encauzan hacia un modesta fuente; gracias a ella, viven, durante los periodos de sequía extrema, seres humanos y animales.... Fray Bartolomé de las Casas (Padre Dominico) "Historia de las Indias" |
Extracto del Articulo "El Árbol Fuente" del Nº 132 de MUNDO CIENTÍFICO. Febrero-1993 (Alain Gioda, Acosta Baladón, Pierre Fontanel, Hernández Martín y Arnaldo Santos).
Fue durante una escala en la Isla de Hierro (Canarias) en ruta hacia América, cuando el Dominico Las Casas se interesó por la cultura de los indígenas, los Guanches, ya casi desaparecidos en el siglo XVI. Los Guanches emparentados con los beréberes dedicaban un culto particular a un árbol, el Garoé, que les proporcionaba agua dulce en abundancia. Este árbol que parecía mítico, existió hasta que fue arrancado de cuajo por un huracán en 1610. Su existencia está atestiguada por una plaza conmemorativa y por los seis pozos a cielo abierto que recogían su agua. Se encontraba alrededor de los 1.000 metros de altura cerca de Tiñor, en la vertiente que recibe el viento. Curiosamente su desaparición coincidió con la extinción de la civilización guanche en la Isla de Hierro, ¿QUIZÁS AL VERSE PRIVADA DE SUS RAÍCES?.
El Garoé medía más de tres troncos de hombres, es decir, un diámetro del orden de 1,50 metros. Era un espécimen absolutamente excepcional, ya que hoy día no existen en la Isla de Hierro ningún espécimen de "Ocotea Foetens" de ese diámetro (Sabemos que las especies forestales en explotación impide el crecimiento de ejemplares muy grandes).
El Garoé el "Árbol Santo" sobrevive en el escudo de la Isla de Hierro, un árbol capaz de captar el agua de las nieblas y de las lloviznas, y que, por tanto, permitió desarrollar una verdadera vida agrícola en medios de pluviométrica débil.
A pesar de algunas incertidumbre se piensa que el Garoé debía ser una laurácea y, más exactamente, un laurel endémico de las Isla de Madeira y las Islas Canarias, un espécimen de "Ocotea Foetens"
La aparición de los árboles fuente está relacionada con la presencia de una niebla muy persistente, localizada en las montañas a partir de cierta altitud (500-600 metros). En la Isla de Hierro la niebla solo existe entre los 600 y 1.500 metros. La existencia actual de árboles fuente explica ciertas situaciones paradójicas que se observan en muchos países. En las Regiones costeras de Chile, de Perú, de África del Sur, de Etiopia, etc., y en ciertas Islas (cabo verde, Canarias, Galapagos, etc.) sorprende ver cómo árboles y arbustos con grandes necesidades de agua, a pesar de la escasez pluviométrica debería hacer que, a priori, su existencia fuera imposible.
Los vientos alisios, de componente Noreste, afectan de forma constante a las Islas canarias, aunque predominantemente en el verano. La capa inferior del alisio, fresca y húmeda por su recorrido sobre el mar, asciende al entrar en contacto con la orografía insular. En su ascenso, el aire se condensa dando lugar a nubes que se encuentran con la tapadera de la capa superior del alisio, más calida y seca. Precisamente esta línea de inversión térmica, es el límite de lo que se conoce por "Mar de Nubes" o "Mar de Niebla", que puede estar entre los 959 y 1.500 metros. Esta zona de encuentro de las nubes con el relieve, produce ligeras lloviznas y la conocida como "lluvia horizontal". Este precisamente es el asentamiento de la Laurisilva por lo general por encima de los 400-600 metros, con un máximo de 1.100 metros.
Así pues ¿Que requiere el funcionamiento de un árbol fuente? Además de las condiciones climáticas particulares como clima tropical y vientos importantes, es necesario , ante todo, que haya una niebla muy densa y persistente que entre en contacto con las montañas a partir de cierta altura (en general 500 a 600 metros) y que permita la condenación del vapor de agua y la nucleación de las pequeñas gotitas de agua de las nubes. Por ejemplo en la isla de Santo Antao, en el archipiélago de Cabo Verde, la niebla se mantiene más de 200 días/año. De igual modo, en la Isla Canaria de Hierro, donde existía el Garoé, el Mar de Niebla sólo existe entre los 600 y 1.500 metros.
Las aguas de la niebla asociadas sistemáticamente con el viento las conocemos en España y Sudamérica como precipitaciones horizontales (Lluvia Horizontal). En lugares muy favorables, se han detectado importantes precipitaciones anuales relacionadas únicamente por la niebla. En "Serra Malagueta, Santiago se han alcanzado los 4.176 mm.
La captación de agua por los árboles es todavía más importante cuando los especimenes están aislados o agrupados en pequeños bosquecillos. En efecto la turbulencia a su alrededor sea máxima. Las especies de árboles que presentan este fenómeno son muy variados y en un entorno boscoso, los árboles fuente sólo pueden localizarse en los bordes forestales.
Existen árboles fuente modernos. Así los atestiguan ejemplares como un ejemplar centenario de Enebro de Fenicia (Juniperus Phoenica) en la Isla de Hierro, en Cruz de los Reyes. El agua que producía se canalizaba hacia tres depósitos cerrados que tenían una capacidad total de 200 m3. Otro ejemplo: el Olivo y un arbusto mediterráneo dominan una cisterna en una región montañosa del sultanado de Omán (Arabia meridional), El Djebel, donde las precipitaciones horizontales representan el 80% de las precipitaciones totales, está cisterna puede recoger al día hasta 180 litros de agua.
Leyenda sobre el GAROE
Cuentan que cuando los bimbaches vieron llegar la expedición franco española de Juan de Bethencourt, decidieron en asamblea cubrir las copas del Garoé para que no fuera descubierto por los extranjeros, quienes quizás desistieran de la empresa de conquistar la isla si no encontraban agua. Todo se hizo según lo acordado no sin antes haber guardado reservas de agua suficientes para un par de semanas. El ardid surtió efecto y al poco tiempo los conquistadores comenzaron a sufrir las penalidades de la sed. Fue entonces cuando una aborigen, Agarfa, se enamoró de un joven expedicionario andaluz y dejándose llevar por la pasión reveló el valioso secreto del Garoé, sin pensar que con ello estaba condenando a todo su pueblo a perder la libertad. Los bimbaches viendo como su árbol sagrado estaba en manos extrañas decidieron secuestrar a Agarfa del campamento extranjero para ajusticiarla. Pero ya era demasiado tarde. Los conquistadores eran más y más fuertes y la resistencia era imposible. Finalmente, Armiche (Mencey, Rey de Hero) rindió homenaje al conquistador Juan de Bethencourt. No le sirvió de nada porque al poco tiempo fue cautivo, junto a sus más fieles vasallos, por los mismos que le habían prometido amistad y cordialidad. (Como me parece sospechoso que las mujeres siempre tengan la culpa de todo por malas o por tontas, supongo que esta última historia sí es una leyenda). Existe una endecha (o romance de origen medieval) sobre Agarfa en lengua aborigen que fue compuesto por los descendiente de los bimbaches. Uno de los versos dice así:
-"Mimerahaná,
ziná
zinuhá,
ahemen aten
haran
hua,
zu
Agarfú
finere
nuzá."
(¿Qué traes? ¿Qué llevas ahí? Pero ¿qué importa la leche, el agua y el pan si
Agarfa no quiere
mirarme?).
Porque, para colmo, la pérfida
Agarfa era amada
intensamente por el valiente
Tincos,
distinguido en las luchas contra los piratas que llegaban al Hierro para
capturar isleños y venderlos como esclavos. Como ella no le correspondía,
Tincos pasaba
largos ratos sin comer contestando de esa manera a quienes le llevaban
alimentos.
El Garoé fue arrancado de cuajo por un huracán en 1610. Los habitantes de la isla enviaron entonces una carta al rey de España (¿Felipe III?) con la esperanza de que les enviara ayuda. Desgraciadamente, como en ella hablaban de un árbol sagrado , nadie los tomó en serio por pensar que se trataba de una simple superstición. Muchos murieron de sed.
De Wikipedia
El Garoé (un ejemplar de Ocotea foetens) fue el árbol sagrado de los Bimbaches, antiguos habitantes de El Hierro, en las Islas Canarias así como uno de sus símbolos. Incluso el escudo de El Hierro recoge un árbol con su copa rodeada de nubes del que caen gotas de agua.
Debido a su situación elevada, donde descargan los vientos alisios, el agua de las nubes se condensa en las ramas de los árboles y se precipita al suelo en forma de lluvia horizontal. Este fenómeno se produce en todas las cumbres de Canarias. La leyenda dice que el Garoé era un gran laurel que aseguraba la vida de los Bimbaches proporcionándoles agua en cantidades suficientes para sobrevivir. A él acudían los bimbaches para llenar sus zurrones de agua que luego serían transportados a los poblados de todos los puntos de la isla.
Una de las muchas leyendas cuenta que el agua proveniente del árbol era conducida a un agujero desde el cual los bimbaches podían proveerse de la misma. Fue de esta forma como lograron rechazar la invasión castellana durante un cierto período de tiempo.
El árbol original se cayó por culpa de una tormenta en 1610. El monje español Abreu y Galindo relató haberlo visto con sus propios ojos. En 1957 se colocó un laurel en el emplazamiento original del Garoé, que ha ido creciendo con el paso del tiempo y actualmente se encuentra rodeado por musgo. Las nubes siguen chocando con las cumbres herreñas y en los días de niebla espesa se puede observar el fenómeno de la lluvia horizontal. Como ocurre con todas las leyendas, el Garoé ha quedado en la conciencia herreña como un árbol sagrado capaz de proveer de agua a la isla y como símbolo de salvación ante el peligro.