Arboricultura Urbana y Medioambiente

La Emisión de Compuestos Orgánicos Volátiles (COV´s) de los Bosques y su posible relación con los Incendios Forestales. ¡Hacia una nueva Prevención!

Sabemos que las negligencias y accidentes en quemas (agrícolas, de matorral y para regeneración de pastos), trabajos forestales, hogueras, fumadores, quema de basuras y escapes de vertederos, chispas o accidentes de ferrocarriles, líneas eléctricas y motores de
máquinas, maniobras militares, y otras, originaron el 20,63% de los incendios forestales en 2004. En este año de referencia, más de la mitad de los siniestros en Aragón, Castilla-La Mancha, Andalucía, La Rioja, Cataluña o Islas Baleares- se debieron a negligencias o accidentes, lo que parece confirmar esta como la principal causa en la región mediterránea.

Según Greenpeace

El fenómeno de los incendios forestales se ha convertido en uno de los mayores problemas ecológicos que sufren nuestros montes debido a la elevada frecuencia e intensidad que ha adquirido en las últimas décadas.

El fuego es un elemento natural que forma parte de los fenómenos que modelan el paisaje. Especialmente en los ambientes mediterráneos debemos admitir que el fuego es un incómodo compañero de viaje con el que hay que convivir.  Precisamente, gran parte de nuestra vegetación está adaptada a la acción del fuego, con estrategias rebrotadoras o de germinación tras el incendio.
 

Las estadísticas de incendios forestales de 2006 en España han estado claramente condicionadas por la oleada incendiaria que asoló buena parte de la masa forestal gallega durante la primera quincena de agosto. El 4 de agosto se produjeron cientos de incendios en varios puntos de Galicia, muchos de ellos cercanos a poblaciones y vías de comunicación. 37 de estos incendios superaron las 500 hectáreas a lo largo de los días.  Según información del jefe del SEPRONA (Servicio de Protección de la Naturaleza de la Guardia Civil), 57 personas fueron detenidas, de las que 15 ingresaron en prisión, tres pasaron a disposición del Tribunal de Menores y otros tres ingresaron en un psiquiátrico.

El total de superficie forestal pasto de las llamas entre el 1 de enero y el 31 de octubre según el Ministerio de Medio Ambiente ascendió a 143.990 ha en 4.923 incendios (de más de una hectárea). Según diversas estadísticas, durante la primera quincena de agosto, y sólo en Galicia, ardieron más de 75.000 ha en 1.870 incendios; es decir, más de la mitad de las hectáreas quemadas en España en diez meses ardieron en Galicia en quince días. Especialmente aterrador es el dato de pérdida de superficie forestal que, en la provincia de Pontevedra, fue superior al 13%; a este ritmo la superficie forestal pontevedresa desaparecería por completo en tan sólo 7 años y medio.

De los 54 grandes incendios forestales (de más de 500 hectáreas) habidos en España, 37 fueron esa quincena en Galicia, que en el periodo 1991-2004 (¡14 años!) sólo había sufrido 39. Los datos para el resto del Estado son realmente buenos. De hecho, según el Ministerio de Medio Ambiente, «los últimos datos confirman la excepcionalidad de lo ocurrido este verano en Galicia: en el resto de España, el número de hectáreas quemadas ha sido el menor desde 1977».

Pero, mirados los datos de 2006 en su totalidad, la cifra de 143.990 ha calcinadas, 67.463 de ellas de superficie arbolada, no invita al optimismo ya que es la cuarta más alta del último decenio.

EN EL 2007
La climatología, con una primavera lluviosa y un inicio del verano con temperaturas moderadas, ha ayudado a que la temporada de incendios esté siendo hasta la fecha (julio), toquemos madera, excepcionalmente buena si la comparamos con años anteriores, pero recordemos que el año pasado el infierno se desató en tan sólo 15 días. No podemos bajar la guardia. ¿Habremos aprendido alguna lección de lo sucedido el año pasado?

Los bosques no sólo son vitales para el mantenimiento de la biodiversidad, sino que sus beneficios para nosotros son incalculables y tienen parte de las soluciones a los grandes problemas a los que nos enfrentamos como especie. Frente al cambio climático, los árboles son fijadores naturales de CO2 (en Brasil, por ejemplo, los incendios forestales son la mayor fuente de emisiones de CO2); frente a la desertificación, la sequía y las inundaciones, nuestros bosques impiden la erosión del suelo y regulan el clima (absorben agua de lluvia y la liberan poco a poco, incrementando la disponibilidad hídrica de los meses secos). Pero es que, además, los bosques, si son gestionados de forma sostenible, ofrecen una fuente constante y renovable de recursos e ingresos. Nos proporcionan muchos servicios esenciales. Son fuente de alimentos, fibra, combustible, medicinas, materiales de construcción, así como de valores culturales y estéticos.

 ¿Hasta cuándo vamos a seguir quemándolos?.


Por ahora no se han tenido en cuenta las emisiones de Hidrocarburos por diversas especies de árboles que cada día conocemos con mayor detalle.

La encina y el pino piñonero son dos de las especies con mayor producción anual

Julio G. Calzada /Valladolid

Los árboles llegaron antes y además, siempre lo han hecho, pero la reacción de sus emisiones gaseosas con las generadas por el ser humano causan un efecto indeseado; la formación de ozono en las capas bajas de la atmósfera, un contaminante que preocupa por sus perjuicios sobre la salud de las personas.

Los estudios sobre la emisión de compuestos orgánicos volátiles biogénicos, los surgidos de los seres vivos, comenzaron en todo el mundo alrededor de los años ochenta del siglo pasado. En Estados Unidos, el primer informe completo elaborado por Zimmerman data de 1979. Los primeros estudios concretos y mediciones nacieron a mediados de los noventa, como el denominado ’Emep/Corinair Atmosferic Emission Inventory Guidebook’ (Catálogo inventario de emisiones atmosféricas) (Mc Innes, 1996). En Europa, las mediciones comenzaron a través del denominado proyecto BEMA (Biogenic Emission in the Mediterranean Area) (Emisiones biogénicas en los países mediterráneos), que señala para España unas cifras generadas por las áreas vegetales casi similares a las surgidas de la actividad humana.

El trabajo, fechado en 1999, señala para el territorio español la emisión de 838.000 toneladas de COV a la atmósfera, en su mayor parte procedente de los bosques (511.000 Tm), seguido de los pastizales con 222.000 toneladas y 87.000 surgidas de los cultivos. Los incendios forestales colaboran con 18.000 toneladas. Frente a las emisiones biogénicas, las antropogénicas, generadas por la industria humana sumaron ese año una cifra de 1.120.000 toneladas. La mayor cantidad corresponden a compuestos orgánicos incluidos en el grupo de los monoterpenos.

La emisión no resulta homogénea y varía en función de la vegetación, de la temperatura y de las horas de sol. Donellia Sabillón Rodríguez dedicó su tesis doctoral, leída en la Universidad Pública de Cataluña en 2002 a la medición de tres especies relacionadas con el territorio español. De ellas, el pino piñonero (’Pinus pinae’) y la encina carrasca (’Quercus ilex’), tienen una amplia representación en los suelos de Castilla y León. El pino piñonero, especie representativa de las bandas verdes del sur de Valladolid es uno de los de mayor emisión. El otro pino estudiado el ’Pinus halepensis’ o mediterráneo, típico del Levante, tiene niveles más reducidos. Aunque las mayores cifras las ofreció la encina.

Realmente ¿Es posible una correlación entre Emisiones de Hidrocarburos "COVNM´s y Metano" y los Incendios Forestales?

¡Yo creo que SI!

Como ya hemos apuntado en otros apartados Keppler demuestra que emiten Metano muchas especies, vivas y también una vez muertas. Los investigadores descartaron -esterilizando las hojas- que el metano estuviera producido por bacterias en condiciones anóxicas. Y prueban que la emisión varía en función de la luz solar y la temperatura: cada 10 grados más de temperatura las emisiones se duplican. ¿Cuál es la ruta bioquímica del fenómeno? No se sabe todavía, aunque los autores creen que tiene relación con la pectina, una sustancia que cohesiona las células vegetales.

Hemos visto en un apartado anterior que según Greenpeace en el 2007 la climatología, con una primavera lluviosa y un inicio del verano con temperaturas moderadas, ha ayudado a que la temporada de incendios esté siendo hasta la fecha (julio), toquemos madera, excepcionalmente buena si la comparamos con años anteriores, pero recordemos que el año pasado el infierno se desató en tan sólo 15 días. No podemos bajar la guardia. ¿Habremos aprendido alguna lección de lo sucedido el año pasado?.

Con esas temperaturas más bajas no hemos tenido tanta "producción" de Metano y el numero de incendios se ha visto notablemente disminuida. Los INCENDIOS por negligencias y accidentes en quemas (agrícolas, de matorral y para regeneración de pastos), trabajos forestales, hogueras, fumadores, quema de basuras y escapes de vertederos, chispas o accidentes de ferrocarriles, líneas eléctricas y motores de máquinas, maniobras militares, y otras, que originaron el 20,63% de los incendios forestales en 2004. No dependen tanto de la climatología dada y si creo que EXISTEN INCENDIOS MUY DIFÍCILES DE JUSTIFICAR QUE SON DEBIDOS A COMBUSTIONES ESPONTÁNEAS de masas de hidrocarburos y aire en condiciones estequiométricas de combustión  (1,2 -7%) de gases de HC en Aire.

No cabe duda hay que investigar en esta línea de trabajo para poder tener la certeza de que las emisiones de Hidrocarburos de los bosques (Pinos y Encinas) especialmente, y su relación con los INCENDIOS FORESTALES. Sería bueno conocer si esos incendios no solo son debidos a las ya conocidas negligencias o accidentes. Eso explicaría que en España hay de media un 80% de Incendios más que en la Unión Europea, donde predominan otras especies de árboles menos emisores de COV´s.