LOBERA D' ONSELLA
NOCHE DE SAN JUAN
EN LOBERA DE ONSELLA "EL PASO DEL HERNIADO"
En el terreno de los ritos médicos de la noche de San Juan,
destaca en la comarca la tradición del "paso del herniado", un ritual que
consiste en pasar a un niño herniado a través de un tronco de árbol rajado al
efecto. Esta práctica tiene su ejemplo mas famoso en Lobera de Onsella. Violant
i Simorra, después de analizar distintos rituales de este tipo en Cataluña y
Aragón, reconoce que Lobera es el pueblo "donde este viejo rito se conserva en
toda su pureza y se practica con mayor y mas solemne aparato". Veamos cómo
explica el ceremonial el famoso etnógrafo catalán:
Página no oficial
Autor: Pascual Plano
Fecha de creación: 20/12/2002
e-mail:
pplano@able.es
Pasando al niño herniado. Noche de San Juan en Lobera de Onsella. Cliché Uranga.
Foto publicada por Ramón Violant i Simorra en El Pirineo Español, Plus Ultra,
1949
"En dicho pueblo hay un antiguo Bosque Sagrado cercado por
una vieja tapia de piedra y lleno de Robles frondosos. Cerca de él se halla una
ermita dedicada al Bautista. La víspera de San Juan se abren a hachazos tantos
robles jóvenes como sean los enfermos que calculan que han de acudir, y por la
noche encienden una gran hoguera ante el pórtico de la ermita. Ya desde el
atardecer se han reunido en ésta los enfermos, y puede verse el presbiterio
lleno de niños enfermos que duermen sobre el suelo, en espera de la medianoche,
hora mágica en que desciende al bosque la virtud sobrenatural. A las doce en
punto, el párroco, revestido de sobrepelliz, entona una salve a San Juan, la
cual es cantada por todo el pueblo, que llena la reducida ermita. Acto seguido,
los concurrentes se trasladan en romería al bosque, y a la luz de faroles,
comienzan las operaciones de curación. Los niños enfermos se desnudan
completamente, para que el rito logre mayor virtud. Dos hombres mantienen bien
abierta la hendidura del árbol. A un lado se coloca el "Pedro", que lleva el
niño en brazos, quien despues de santiguarse en nombre de la Santísima Trinidad,
lo entrega a "Juan", que lo devuelve, repitiéndose la operación tres veces,
recitando cada una de ellas la fórmula mágica tradicional:
- Tómalo, Juan.
- Dámelo Pedro.
- Herniado te lo doy.
- Sano te lo entrego.
El poder milagroso del bosque se extingue con los primeros rayos del sol. El
"Juan" y el "Pedro" que ofician en la ceremonia ejercen este oficio por
tradición y gratuitamente".
Después de pasarlo por el chaparro o Roble se ponía barro en
el corte hecho al árbol y se ataba. Si al año el árbol seguía verde el niño se
curaría.
San Juan 2005
Lugar: Lobera de Onsella (Zaragoza)
Fecha: Sábado más próximo al día de San Juan
Recuperado en 2005, después de cuarenta y cinco años sin celebrarse, el
Rito de los Herniados de la localidad zaragozana de Lobera de Onsella es
una de las tradiciones más originales de cuantas se conservan en Aragón.
En un principio, este ritual de curación de herniados se llevaba a cabo
la misma noche de San Juan, pero su recuperación en 2005, a cargo de la
Asociación Cultural Sesayo de Lobera de Onsella, lo ha trasladado al
sábado más próximo al día de San Juan, para facilitar así la asistencia
de participantes.
El rito comienza con una merienda en las proximidades de la ermita de
San Juan. Desde allí, antaño al llegar la medianoche, se acudía en
procesión entonando la salve de San Juan hacia el bosque cercano, al que
se atribuye propiedades mágicas, especialmente a sus robles más
frondosos.
Por este motivo, previamente al ritual, se abren a hachazos tantos
robles jóvenes como herniados hay en el pueblo. Una vez llegados a los
robles milagrosos, el niño o los niños herniados se desnudan y son
pasados a través de la abertura del árbol de brazos de un oficiante, al
que se conoce como Pedro, a los del otro oficiante, al que se denomina
Juan. Durante el rito, ambos oficiantes recitan la siguiente salmodia:
"Tómalo Juan, dámelo Pedro; herniado te lo doy, sano te lo devuelvo".
Una vez terminado el rito de curación, se cubre con barro la abertura en
el árbol y se venda la herida, dejándolo así. Según dice la tradición,
el árbol que sane hará que el niño que pasó por él también quede sanado
de su hernia.
Conservado hasta 1960, el rito dejó de celebrarse ese año. Recuperado en
2005 por la Asociación Cultural Sesayo, sólo en dos ocasiones ha vuelto
a hacerse en estos cuarenta y cinco años. La primera en 1970, gracias a
un productora que acudió al pueblo para recogerlo en un documental y, la
segunda, en 2004, a petición del documentalista y etnógrafo Eugenio
Monesma que lo incluyó en una de sus grabaciones.